lunes, 20 de febrero de 2012

El problema de dar todo hecho a los niños


La educación que hayamos recibido desde pequeños definirá al adulto del día de mañana. Por ello la Red de Escuelas infantiles, Nemomarlin, insiste en lo importante que es, tanto para los padres como para los hijos así como para toda la sociedad, crecer con hábitos de autonomía y responsabilidad desde la edad temprana. “Es primordial no educar a nuestros hijos en la sobreprotección o en no dejarles que aprendan por si mismos. Si actuamos así habremos hecho mal nuestro papel y el resultado será tener el día de mañana personas inmaduras, pasivas y muy dependientes”, explica Myriam García de Arboleya.
Teniendo en cuenta esta premisa Nemomarlin destaca que gran parte del trabajo de padres y educadores ha de basarse en modelar hábitos de autonomía y responsabilidad desde la más tierna infancia. “Educar en los hábitos de autonomía no es facilitar el trabajo de los padres o de los educadores si no lograr que nuestros hijos sean autónomos y lleguen a ser ellos mismos. El diferenciarse de los demás, es tener conocimiento de uno mismo, de lo que deseamos y sentimos”, dice. La reconocida marca también añade que enseñarles a hacer las cosas por sí mismos, es enseñarles a hacerse cargo de las consecuencias de sus actos y por lo tanto a educarles en la responsabilidad. “Es importante darles la oportunidad de que se equivoquen, de que se caigan, de que fallen. Tienen que aprender a asumir responsabilidades de acuerdo a su edad, ya que si no pueden asumir pequeñas tareas ¿cómo lo harán con grandes responsabilidades cuando sean adultos?”, comenta la Directora Psicopedagógica.
Por ello Nemomarlin siempre explica a los padres que hay dos elementos clave a la hora de educar un hábito: el amor con el que se le enseña y la perseverancia que se le pone. “No debemos olvidar que un hábito se logra a partir de la repetición y que la total adquisición de una habilidad no se da de un día para otro. Es importante valorar los logros parciales de los niños, alentarlos para que sientan que son capaces y que pueden mejorar y seguir progresando”, añade.
Y es que como subraya Nemomarlin, la Red de Escuelas Infantiles, muchos padres suelen anticiparse a sus acciones y no les dejan hacer cosas que podrían hacer solos. “Actúan así porque creen que sus niños aún no tienen capacidad, para evitar que se hagan daño o por comodidad para conseguir resultados más rápidos, ya que el ritmo de la vida diaria nos dificulta adaptarnos al ritmo que necesitan nuestros hijos. El niño querrá ir haciendo cosas solo: caminar, correr, gatear, saltar, investigar objetos y situaciones, ponerse la ropa, lavarse los dientes, atarse los zapatos... logrando cada vez una mayor autonomía. Es bueno alentar al niño a resolver sencillos problemas a través de juegos, juguetes y situaciones cotidianas. Si se le da la posibilidad de hacer acciones solo y mostrar sus logros, se aumentará la confianza en sí mismo. Si por el contrario se le da todo hecho, si se le da sobreprotección, le haremos pasivo y dependiente”, dice Myriam García de Arboleda.
Además desde Nemomarlin también se indica que tan importante como no sobreproteger es no sobre exigir. Para ello es necesario tener en cuenta la edad del niño, su capacidad y posibilidades. “Hay una edad en que el niño empieza a tener iniciativa y quiere descubrir. Si coartamos ese ánimo, estaremos educando un niño apagado, pasivo y sin motivaciones, por eso hay que darles oportunidades y dejarlos que corran riesgos medidos, según su edad, por supuesto. Si hay un no, debe ser por un riesgo real y lo mejor será explicar el motivo de la negativa haciendo hincapié en el riesgo que se está corriendo. Si el riesgo no es real, hay que soltarlo, pero soltarlo significa que aprenda a responsabilizarse de sus propias experiencias, no significa abandonarlos en esa tarea. Autonomía y responsabilidad van de la mano, la capacidad de elegir conlleva hacerse cargo de la decisión tomada”, finaliza la Directora Psicopedagógica de Nemomarlin.


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